viernes, marzo 25, 2011

DOCUMENTO A 35 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDA

A los 35 años del 24 de marzo de 1976.
Este aniversario nos encuentra bajo el fragor de un nuevo año de lucha.
Nos volvemos a convocar en esta plaza.
No sólo para recordar a todos los compañeros y compañeras desaparecidos. No sólo para recordarlos y decir ¡Presente! Sino también para repudiar la expresión material más retrograda, más entregadora y asesina de las clases dominantes de Argentina para disciplinar y alejar cualquier experiencia de poder popular para el pueblo argentino.
Esta reacción planificada, nacional e internacionalmente constituyó el alma del Golpe Cívico Militar de 1976.
Estamos también para reafirmar el compromiso en la profunda necesidad de llevarlos a todos, con sus expresiones de vida, con sus legitimidades abriendo historia.
Para elevar sus banderas, para que ondeen en el viento de las conciencias jóvenes que no los conocieron y sepan apreciar que son herederos de un pasado que posee una voluntad inocultable, que testimonia a cada instante que la verdadera política, los verdaderos ideales, son un servicio al pueblo total, sin reservas y sin pedir nada a cambio.

Nuestras esperanzas siguen intactas, por una Argentina independiente, con igualdad de posibilidades. Con cimientos de participación democrática y en el marco de los ideales revolucionarios que levantaron ellos, que aún tienen plena vigencia.

Debemos darnos una perspectiva de acción concreta en el campo de los Derechos Humanos, ante los avatares de evitar las demagogias y maniobras de engaños.
No debemos centrarnos sólo en los culpables militares sin tocar el andamiaje político, ideológico, cultural y económico que acompañaron y sostuvieron el genocidio de la generación más decidida que tuvo nuestro pueblo.

Hoy todos los esfuerzos, todas las construcciones políticas y sociales, que se crean y se sientan honestas y consecuentes, deben mirar e incorporar los contenidos necesarios de sus banderas.
Si sólo se toma del pasado lo injusto de sus desapariciones y sus martirios, y lo principal del contenido se recorta y se lo baña con la única realidad del presente que existe, se tiran por la borda las razones y las necesidades que motivaron el intento de poder transformar nuestra Patria y nuestra región y desaparece la necesidad de cambio que motivó sus luchas y sus entregas.

Levantamos sus banderas siempre, lo haremos siempre. Bajo la convicción de que el horror vivido no pudo triunfar ante la entrega de la vida.
Esa vida resistida en años de oscuridad. Y que están aquí adelante.
Esa vida y la tozudez de buscar justicia. Esa vida y la verdad con la persistencia de parir memoria bajo todas las circunstancia, para todo el pueblo argentino y nuestra América. De un enfrentamiento que lleva siglos.
Hoy el pueblo argentino tiene la enorme responsabilidad de marchar al frente, junto a otros pueblos latinoamericanos, en sus luchas por recobrar sus pasados históricos.
Con todos sus dolores, con todos sus aciertos, sin olvidos de sus errores. Estamos edificando los cimientos de una nueva plataforma ética, jurídica y de derechos humanos irrenunciables, de verdad histórica y memoria popular.
Esta inmensa tarea aún inconclusa, que lleva retraso u olvido en otros lugares de Latinoamérica, descansa en las espaldas de millones de argentinos y se ha renovado año tras años, pese a todas las vicisitudes y los obstáculos que nos pusieron en el camino.
Este camino que nos convoca a todos, es una lucha conjunta y junto a todos los que así lo sienten y principalmente, para hacer comprender a los que aun no lo entienden así.
En la lucha de nuestro pueblo junto a todos de los Organismos de DD.HH de Argentina nadie nos regaló nada. Nuestra coherencia Fueron y Son un único camino de treinta y pico años de lucha ininterrumpida. Nadie se puede quedar al margen de este compromiso. Nadie es más que nadie, y nadie es el tutor de este desarrollo ni del sendero caminado.
Por encima de todas las convicciones políticas, hemos abierto como pueblo, un escalón histórico del cual no se puede retroceder y es preciso defender contra todas las dificultades, contra todas las mezquindades que brotan como el agua.
Aún hoy, hay voces y fuerzas reaccionarias que no están dormidas y que pretenden el olvido, sin justicia. Todos los que se colocan en esas posturas políticas, lo decimos claramente, son unos sinvergüenzas y unos delincuentes políticos.

Pese a todas las trabas de una justicia argentina que aún otorga libertades de movimiento a los asesinos, seguimos avanzando, seguimos apoyando, seguimos levantado en cada sala los rostros inolvidables. Los testigos del genocidio siguen dando una y otra vez el testimonio histórico que ya es incontrastable.
Los juicios que se lograron y los que faltan, más allá de sus triunfos y avances significan también el camino más engorroso y largo, de hacernos repetir miles de veces nuestras verdades.
No hemos fallado una sola vez al requerimiento de la Justicia, ni con lluvia ni con sol, con bastones o con soltura, ni enfermos o sanos, nunca nos excusamos. Hemos mirado cara a cara a los genocidas, para hacerles sentir a los asesinos, lo que no sintieron nunca, lo que no podrán obtener nunca: Que “Morir Por la Patria es vivir”.

Cada testimoniante, cada madre, cada hijo, cada hermano, cada compañero, cada alegato, fueron la voz y la mirada disparada de los que ya no están.
Nos podemos sentir orgullosos de nuestros testigos y querellantes, de nuestros pocos jóvenes abogados, de los no tan jóvenes y de nuestros viejos y viejas queridas, que han levantado la voz para decir, para reivindicar, para esclarecer y proclamar que lo que sigue en juego en estos juicios es el modelo de país que aún falta edificar en nuestra Patria: la Argentina para todos y de todos, y no la Argentina de las minorías explotadoras y únicas beneficiarias, junto a las multinacionales y el capital financiero, del genocidio perpetrado por el golpe cívico militar de 1976.

Con todo ello hemos asistido, sin desfallecer un solo día, con la voluntad de rebasar los propios limites jurídicos de esta sociedad, que de una vez por todas, debe entender y abrigar la lucha inclaudicable de todos los Organismos de DD.HH y de todas las fuerzas políticas, sociales, estudiantiles, sindicales, campesinas, religiosas, profesionales y entidades de todo tipo que nos acompañan y nos han sostenidos en todos los esfuerzos, en todos estos años.
Esa es la verdadera batalla, jurídica y política, de justicia histórica que estamos librando.
No estamos en el concluir de una vieja etapa, estamos en los albores de nuevos tiempos, que abrirán viejos y nuevos caminos por recorrer, hasta la plena vigencia de todos los derechos humanos, los de ayer, los del presente y los del porvenir
Los juicios contra los genocidas y contra los crímenes de lesa humanidad son la expresión más autentica de nuestras ilusiones IGUALITARIAS, de nuestras voluntades POR JUSTICIA. De consolidar en las mentes y en los corazones, que otra Argentina y otra América Latina es posible de construir y de defender. PORQUE SOMOS HEREDEROS COMO ARGENTINOS Y LATINOAMERICANOS DE AQUELLA FRASE DEL VENCEDOR DE AYACUCHO DONDE SE UNIERON TODAS LAS SANGRES DE NUESTROS PUEBLOS.
Dijo el mariscal Sucre:
“CUANDO ESTOS PUEBLOS SE ALZARON POR SU INDEPENDECIA, TAMBIEN LO HICIERON POR LA LUCHA DE JUSTICIA E IGUALDAD”.
Seguimos persiguiendo Independencia, Justicia e igualdad para todos.

En nuestra región, en este año transcurrido, librados ya los primeros juicios y las primeras condenas de los intocables por décadas, jueces federales cobardes y jefes policiales macabros, se produjo el asesinato político de Silvia Suppo.
Silvia no sólo fue una testigo importante en la llamada causa Brussa. Era una testigo importantísima a futuro, en la causa Hattemmer, su primer compañero, desaparecido, en la ciudad de Rafaela.
La actuación policial en las horas cruciales del asesinato, fue desastrosa. Silvia Suppo no era una desconocida para la policía de Rafaela. Las fallas no fueron errores de novatos, fueron a conciencia. Porque las pruebas fundamentales de las primeras horas se las llevó la tremenda imprudencia de la incapacidad política, donde la Policía de Rafaela hizo lo que quiso.
Por ello no podemos confiar en el desenvolvimiento político de esta causa.
Disentimos ampliamente con la evaluación del Gobierno Provincial que a las pocas horas de ocurrido el hecho, salió a afirmar con total seguridad que era un crimen social al voleo.
Debemos seguir luchando para lograr juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de la muerte de Silvia.
La desaparición del compañero Jorge Julio López nos dejó varias enseñanzas. Una de ellas es que, la voluntad política y la decisión de acción en las primeras horas, es crucial. La otra es que los testigos son un blanco apetecible de los genocidas que hoy están siendo juzgados y de sus socios que anidan aún hoy en las fuerzas de seguridad estatal y para estatal.
No tenemos grandes expectativas en la justicia provincial e incluso la federal. Porque a casi un año del asesinato de Silvia Suppo, no han demostrado avances significativos en esclarecer su asesinato.
Estos hechos de malas investigaciones tienen una larga historia en la provincia. Llevan décadas asentadas en todos los procedimientos judiciales de incumbencias políticas y económicas. Por ello las cárceles están llenas de pobres.
Los verdaderos delincuentes andan sueltos y hasta son senadores o diputados Inundadores del 2003 o del 2007, o asesinos de los hechos del 19 y 20 de diciembre del 2001. Por nombrar sólo algunos de los hechos más resonantes.
Lo volvemos a decir aunque sabemos que en esta plaza popular, no todos coincidimos.
Lo hacemos porque tenemos el derecho a manifestarlo de frente como siempre lo hemos hecho ¿Era previsible que algo así sucediera?, ¿estaban advertidos que había un entrelazamiento entre los condenados y el aparato político, económico y policial del pasado reciente? En ambas preguntas las respuesta son idénticas, la contestación es SI.
Lo que no se ha querido hacer por decisión política es ir a fondo contra el Aparato Represivo Provincial, investigarlo y quebrarlo de antemano. Sólo aspiraron a controlarlo.
Lo decimos también porque las victimas seguimos siendo nosotros. No en vano las intimidaciones y amenazas, suman más de cuarenta a lo largo de todo el 2010 y lo que va del 2011.
Hace falta avanzar democráticamente con valentía, con todos los recursos del Estado, nacional y provincial. Estamos cansados de poner el cuero.
Hay que tomar los problemas de fondo.
Silvia ya no está con nosotros. La responsabilidad política de este hecho es ineludible.
Por eso repetimos hasta el cansancio: Silvia Suppo merece todos los esfuerzos y todas las verdades, por duras que sean, así fue el ejemplo de su vida.
¡COMPAÑERA SILVIA SUPPO! PRESENTE…. AHORA…Y SIEMPRE.

Debemos también decir que, por primera vez en nuestro país, el círculo del genocidio fue cerrado y develado para todos aquellos que guardaban aún dudas de las masacres realizadas.
Por primera vez en un Campo militar perteneciente al Ejército Argentino, el Campo Militar de Maniobras y Ejercicios militares, Campo de San Pedro, ubicado a 52 kilómetros de aquí, se halló una fosa común con ochos cuerpos. Cuatro de ellos ya fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Son nuestros compañeros María Esther Ravello, Gustavo Adolfo Pon, María Isabel Salinas y Carlos Alberto Bosso.
Este hecho encierra una magnitud insobornable. Las Fuerzas Armadas siguen escondiendo la verdad porque saben el destino manifiesto de cada desaparecido.
Los cuerpos y los huesos de los asesinados se levantan ante la historia para acusarlos a todos.
Nuestro camino ha sido el más duro. En esos ocho cuerpos hallados e identificados y los que faltan aún, están las voces, los gestos, las miradas, los gritos, de nuestros treinta mil desaparecidos, de Jorge Julio López, de Silvia Suppo. Están las ansias de una sociedad más justa, más igualitaria y más libre.
Porque la verdadera derrota estratégica es el olvido.
Porque el primer paso hacia la victoria es la memoria y tiene el perfume de nuestras madres que nunca se rindieron.
Ese es el manifiesto triunfo de encontrarlos.
Porque no los han podido acallar y no morirán nunca en nuestros sentimientos. Ellos nos transmiten el deseo y el amor de las causas justas y el sueño de la Patria liberada.

Deseo que está presente y vivo en los nuevos luchadores populares asesinados, en Mariano Ferreira, en los compañeros qom de Formosa Roberto López y Mario López, en las víctimas del Indoamericano Bernardo Salgueiro, Rosemary Chura Puña y Emilio Canaviri Alvarez y tantos otros en todo el territorio nacional. Crímenes que aún permanecen impunes.

Deseo que está presente y vivo en cada uno y cada cual que se esfuerza por avanzar contra todos los privilegios de las clases poderosas, que sostienen dirigentes sindicales millonarios y corruptos, políticos inconsecuentes, apropiadores de tierras y ganancias, mineras destructivas y voraces, corporaciones del campo y de los puertos. Capitales financieros que se siguen expandiendo en todos los terrenos productivos.

Argentina se apresta a vivir otro año electoral, en el terreno Municipal, Provincial y Nacional. En un marco internacional de tremenda crisis capitalista que marcha al son de los tambores de guerra de EE.UU, secundado por los restantes imperialismos. Su empeño en cualquier lugar del mundo por succionar los recursos estratégicos vitales para su existencia siempre debe enfrentar la resistencia de los pueblos.

Millones de argentinos emitirán su voto en libertad y esta sufrida democracia, merece defenderse ampliamente, pese a sus deficiencias.

Por eso volvemos a manifestar que tenemos un sueño poderoso ante las dolorosas realidades que nos rodean.
Que quisiéramos revivir con la Justicia masiva en nuestra tierra, a todos los que ya no están. Por eso los seguiremos buscando.
Que quisiéramos revivieran todos los otros que siguieron muriendo, por el hambre, o fueron fusilados por las balas represivas en los puentes o en las calles.
Que nuestros barrios del Oeste no tengan los 70 muertos que tuvieron en todo el año 2010. Donde los medios no publican un solo rostro porque son pobres.
Que nuestra ciudad no fuera dividida por el privilegio de obras rapidísimas para el este, y nada o migajas en el norte y oeste de las inundaciones.
Que los niños y jóvenes sin futuro, futuros soldados del paco o la pasta base, o clientes de la vida desgraciada, fueran a la escuela y que asistan a una educación sin diferencias entre el centro y la periferia.
Que la fábrica de analfabetos funcionales se cierre, y que puedan aspirar a un horizonte universitario que hoy no existe.
Que se termine con las redes de trata y explotación sexual que avanza tenebrosamente con nuestras adolescentes y jóvenes, causando la mayor cantidad de desapariciones actuales y concretas en nuestra provincia.
Que el trabajo genuino ocupe el lugar de los planes sociales.
Que los jubilados y ancianos puedan vivir con dignidad.
Que los pueblos originarios accedan a su derecho a la tierra y a vivir dignamente
Que los puertos de la soja sean nuestros y no de las multinacionales.
Que nuestro río Paraná vuelva a manos del Estado argentino y las provincias, y no sea usufructuado por la empresa belga-argentina que lo posee.
Que las autopistas no enriquezcan a nadie sino sólo al estado provincial que es el que más lo necesita.
Que las multinacionales paguen ganancias e ingresos brutos, que la renta financiera pague impuesto, que las mineras y petroleras sean controladas y que no posean la libertad de hacer lo que se les antoja.
Que sea quien sea, quien gane en la contienda electoral, los derechos humanos, el enjuiciamiento de los genocidas, la salud, la educación, el trabajo y la vivienda, sean políticas de estado.
Esto sólo son algunos de nuestros sueños. No queremos usurpar los sueños de nadie. Queremos avanzar construyendo hacia el sueño colectivo de un país mejor para todos.
Cuando emitamos el sufragio, tengamos memoria y recordemos que el voto por sí sólo, no garantiza nada. Hace falta respaldarlo con la lucha, la conciencia, la participación, organización y todas las imprudencias de saber que lo que nos falta como sociedad, está hacia adelante.
Porque al pasado lo venimos abriendo con el surco de nuestras fuerzas, que son las fuerzas de todos ustedes, unidos en esta plaza a pesar de las diferencias.
Justamente esta unidad es la que debemos seguir construyendo hacia el futuro que de alguna u otra forma el pueblo argentino encontrará en su camino.
Aquí están volcadas algunas de nuestras esperanzas y estos son nuestros votos.





POR UNA SOCIEDAD JUSTA COMO LA QUE SOÑARON NUESTROS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS. VIVA LA LUCHA DE NUESTROS 30 MIL DESAPARECIDOS

CONTRA LA IMPUNIDAD. JUICIO Y CASTIGO CON CÁRCEL COMÚN Y EFECTIVA A TODOS LOS RESPONSABLES, EJECUTORES Y CÓMPLICES DEL GENOCIDIO.

RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD A LOS JOVENES APROPIADOS DURANTE LA DICTADURA

APARICION CON VIDA DE JULIO LOPEZ

ESCLARECIMIENTO DEL ASESINATO DE SILVIA SUPPO Y JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES INTELECTUALES Y MATERIALES

NO A LA REPRESIÓN, CRIMINALIZACIÓN Y JUDICIALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL

NO A LA REPRESIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS., BASTA DE DESTRUIRLES SU HABITAT Y ROBARLES SUS TIERRAS


VIVA LA LUCHA DE NUESTROS 30 MIL DESAPARECIDOS


30000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS
PRESENTES !!!