domingo, marzo 29, 2009

24 DE MARZO DE 2009 - DOCUMENTO A 33 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDA


Con la presencia de los desaparecidos, de todos y de cada uno. De sus miradas sonrientes, serias, tiernas o aceradas.
Con todos los que vienen en la historia de esta tierra bregando por la construcción de la patria liberada, con el ejemplo que nos legaron y nos compromete contra toda indeferencia.
En nombre de la consecuencia que nos da la lucha por la vida.
Con los dolores del cuerpo, de un pueblo mutilado, con la experiencia de los errores, con la sencillez de los aciertos, con la inquebrantable voluntad de seguir, por no habernos doblegado.
Por las alegrías y los llantos, por la luz en oscuros calabozos, con la fuerza de las parturientas, por sus niños arrancados, con los gritos acallados, con los cuerpos torturados, con el valor de la ultima mirada, con el amor y con las ideas liberadas.
Con las verdades, con la justicia, con la certeza de haber caminado sin vacilaciones, sin traiciones, Desde el trágico ayer al hoy urgente, desde la esperanzada memoria hasta un futuro de victoria.
Porque no hemos abandonado ni abandonaremos nuestros reclamos, porque nos reconocemos en vos, en el otro, en nosotros, en la unidad de lo diferente.
Porque sabemos lo que es la búsqueda, desde allí hemos partido, y no nos detendremos en esta marcha junto a todos los que buscan un país más digno y más justo.
Juntos, siempre, junto a los que sufren injusticias, a los que sufren hambre y desocupación, con los que se sienten debilitados e inseguros, con los que solo recogen migajas de basura sin esperanza. Contra todos los que robaron con mentiras. Por todos los humillados.
Con los jóvenes que sueñan, y con los que no tienen sueños, porque se los han negado, con las llagas que no han sanado, con todos ellos, con los que pelean por los salarios postergados, apretados y en su miseria perseguidos.
Con los luchadores, los desaparecidos y los muertos de un mañana, que están aquí latiendo en esta plaza, que aun viven por su entrega. Con las madres y los padres, con sus amores y familiares, con sus hijos y sus hermanos, con sus amigos y compañeros y por todo aquello que fue desconocido.
Con los que han sufrido el genocidio de la Dictadura y luego el genocidio social de un país saqueado, empobrecido. Con los desaparecidos de la democracia, con los caídos en los caminos y los puentes, con los del 19 y 20 de diciembre del 2001, con los muertos de las dos inundaciones, con las postergaciones de los barrios del Oeste, con los que hoy nombramos pero viven olvidados.
Con los anhelos del ahora y de los tiempos.
Porque sabemos y creemos que este pueblo puede abrir caminos de triunfos y esperanzas nuevamente.
Con todos ellos por delante, nos ponemos al final de todo en el sendero, para que nadie se equivoque y retroceda, para que podamos decir en esta provincia y en esta ciudad, que en este año 2009 al fin podremos empezar a juzgar a los mercaderes de la muerte. En este año en el que tienen y deben desarrollarse los juicios a los represores genocidas… Venimos a decir

Argentina, el país de lo inconcluso, convive desde hace años con una situación compleja.
Esta situación de crisis permanente, reaparece inexorablemente, ante cualquier vaivén de la economía, ya sea a nivel interno o externo. Nos preguntamos sin ingenuidad, qué demuestra esta situación de aparente incapacidad crónica para labrar una salida a la vida del pueblo argentino, en los últimos cuarenta años y en especial después de recuperada la vida institucional? Demuestra la injusticia de este sistema que azota con la pobreza extrema, la mortalidad infantil, el cierre de fuentes de trabajo, la perdida de recursos de todo tipo, hambre, aniquilamiento de expectativas sociales de progreso, corrupciones y violaciones de lo que se busque. Demuestra que los gobiernos pasan pero las políticas que producen estas injusticias permanecen. Todo hace sentir que existe otro poder por detrás del aparente juego político en que se disputan las elecciones. Es el poder del capital financiero ese capital que detenta un reducido sector de la sociedad pero muy poderoso: la oligarquía financiera. Poder que este sector minúsculo construyó y consolidó de la mano del terrorismo de Estado. Los archivos desclasificados en el Departamento de Estado de los EEUU, más los hallados en Paraguay, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay, obtenidos por la tesonera labor de los organismos de Derechos Humanos, dan cuenta que ese “terrorismo” no fue solamente de cada Estado, sino de una organización mancomunada entre los sectores de poder locales y los representantes de los grandes poderes financieros transnacionales con base en Estados Unidos.
Todos los genocidas latinoamericanos apuntaron al corazón de la independencia, sus miras se determinaron a reforzar las razones de la explotación y el robo, a limpiar mediante el genocidio, cualquier atisbó de libertad interpretativa en los sectores sociales medios y de trabajadores. Decidieron sepultar sus luchas con el terror más feroz que hemos sufrido.-
La misión de la Dictadura cívico militar genocida, fue la de ahuyentar por varias décadas la posibilidad de liberación en nuestro país, sentando las bases de un despotismo económico e ideológico único, hundiendo y ahogando los reclamos populares en la noche de los desamparos y las confusiones.-

Hoy estamos inmersos en el marco de la crisis capitalista mundial, donde las burbujas financieras neoliberales de Wall Street estallaron en las metrópolis. Acompañados por los tambores de guerra cayeron en cadena, desde el cielo virtual a la realidad terrena, una a una las burbujas económicas construidas por el capital financiero.
Pero ¿qué es una crisis capitalista?
Que haya 950 millones de hambrientos en el mundo no es una crisis capitalista. Que haya 4750 millones de pobres, tampoco. Que haya 1.000 millones de desempleados en todo el mundo no es una crisis capitalista. Que más del 50 % de la población económicamente activa este subempleada o trabaje en forma precaria no constituyen una crisis capitalista. Que el 45% de la población mundial no tenga acceso directo al agua potable tampoco. Que 12 millones de niños mueran todos los años a causa de enfermedades curables no es una crisis capitalista. Todo esto no significa una crisis capitalista porque ocurría ya antes de la crisis, ¿de qué hablamos entonces cuando decimos que hay una crisis capitalista?
Hablamos de crisis capitalista cuando matar de hambre, mantener en la pobreza, condenar al desempleo o precariedad laboral, dejar sin agua y sin servicios sanitarios a la población, cuando derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos, ya no es rentable para 1000 empresas multinacionales y 2 millones y medio de millonarios.
Entonces ahora si estamos en crisis y las metrópolis acuden presurosas con salvatajes económicos, que involucran cifras tan grandes que ni se pueden escribir, para salvar a las 1000 empresas y los 2 millones y medio de millonarios a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de nuestros pueblos ya miserables.
Esta es la receta que nos proponen los que gobiernan este planeta: privatización de fondos públicos, prolongación de la jornada laboral, despido libre, disminución del gasto social, desgravación fiscal a los empresarios. Es decir, si 950 millones de hambrientos no son un negocio suficientemente rentable, habrá que duplicar esa cifra. Si 4700 millones de pobres no son ya suficientes para aumentar la taza de ganancia, habrá pues que aumentar el número de pobres. Esa es la lógica capitalista.
Un sistema que, cuando no tiene problemas excluye de una vida digna a la mitad del planeta; y, que cuando los tiene, los soluciona amenazando a la otra mitad. El problema no es la crisis del capitalismo sino el capitalismo mismo.

En nuestro país, hoy nos duelen 1.300.000 desocupados, 25 niños que mueren por día por causas evitables, casi 70 mil jóvenes, en su inmensa mayoría pobres, han caído muertos como consecuencia de la violencia social desde 1983 hasta el 2008. Quinientos mil de ellos no encontrarán trabajo en este 2009. En nuestro país, las consecuencias sociales y económicas de exclusión que el régimen de terror impuso sobre toda la sociedad argentina, se reforzaron y ampliaron, en mayor o menor medida, con los diversos gobiernos electos, extendiendo los márgenes de la dependencia. Por eso hoy el neoliberalismo sigue vigente.-
La inexistencia de una verdadera política de redistribución del ingreso y de la riqueza, impuestos regresivos como el IVA, en lugar de gravar las grandes fortunas, la ausencia de una política que recupere para los argentinos los recursos de nuestro suelo, o acciones de Gobierno que impidan que las empresas puedan despedir trabajadores aumentando la desocupación y el empleo precario, siguen siendo materias pendientes y no resueltas en nuestro país.-
Las clases dominantes, las multinacionales, los grandes bancos extranjeros, los capitales de la agro-industria concentrados, las corporaciones mineras y petroleras, las empresas energéticas y de telecomunicaciones, las tabacaleras y constructoras, los grandes comercializadores de granos y poseedores de los puertos; todos estos sectores no han retrocedido un ápice en la obtención de sus ganancias. En los últimos cuarenta años, los recursos naturales y sociales expoliados y las ganancias exorbitantes apropiadas por los sectores transnacionales, superan largamente el actual monto del flagelo de la deuda Externa.-
Este fue el plan de los genocidas, un plan de hambre y sometimiento, que determinó la eliminación de más de la mitad de la industria nacional, destruyendo millones de puestos de trabajo y entregando nuestro futuro como Nación y como pueblo por medio de la deuda externa ilegal, ilegítima e inmoral. Las empresas estatales como YPF, Obras Sanitarias de la Nación, Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas, ENTEL, SIAM, SOMISA y otros grandes símbolos de soberanía nacional y de desarrollo, fueron sistemáticamente endeudadas, saboteadas y saqueadas, para luego ser vendidas por monedas al mejor postor. Lo que los militares no concretaron, fue primero tibiamente intentado por Alfonsín y luego, salvajemente finalizado durante la nefasta década del Menemato. Las consecuencias están a la vista.-
Por ello, todo gobierno que pretenda defender los intereses del pueblo debe necesariamente romper con la tradición entreguista de sus antecesores e iniciar una política económica independiente que desconozca la deuda contraída. El ejemplo de Ecuador es un caso testigo que debe ser aprendido.-

Pero nuestro Pueblo avanza, se organiza. Hoy, aquí, en este 24 de marzo, como todos los días del año, actualizamos los deseos de liberación, de Independencia, de igualdad social y de Justicia. Cada una de las banderas presentes, cada uno de nosotros, vitaliza y suma voluntades, pensamientos y acción para retomar el camino que iniciaron nuestros desaparecidos siempre presentes. Ese es nuestro desafío, esa nuestra convicción.
Y no estamos solos. América Latina vuelve hoy por caminos de esperanza. Venezuela, Ecuador y Bolivia, han encendido la llama de la participación popular, de la democracia política y social, de la soberanía nacional y social sobre los recursos naturales, de la apropiación y distribución de las riquezas… en suma, de devolver a las grandes masas hambreadas del campo y las ciudades la posibilidad cierta de construir un nuevo poder que sueñe y construya un futuro emancipador.-
Por eso la derecha argentina, siempre atenta a los cambios de humor políticos, que ayer acompañó a los asesinos y genocidas, y que hoy se disemina por todo el arco político y social, se prepara para dar batalla en lo económico, político e ideológico, para retrotraernos a los ’90. Buscan de este modo readaptarse a los nuevos tiempos por venir y pretenden hacer volver a todos sus fantasmas para hacerlos navegar por la mente de los vivos. Las clases dominantes pretenden así, descargar la crisis sobre las espaldas de los más pobres y del conjunto de los trabajadores, como siempre han hecho. Los medios masivos de comunicación, como expresión y socios activos de estos sectores retrógrados, buscan crear un estado de situación que abone a sus intereses e instalan una agenda de “problemas” que no son los que aquejan al Pueblo.
Es por ello que no nos sorprende que luchadores inundados, en reclamo de justicia en la ciudad de Rosario sean detenidos por ruidos molestos, golpeados y enjuiciados por protestar contra el Inundador sojero Carlos Alberto Reutemann. Que los organismos de DDHH y los familiares de las victimas del 19 y 20 de diciembre del 2001 sean filmados por la policía de la provincia. Que esa misma policía hostigue a militantes de Proyecto Sur en pintadas contra el Estado de Israel, y que cinco militantes de la FJC hayan sido detenidos por una llamada anónima en una pintada por el pueblo Palestino en la esquina de Primera Junta y San Gerónimo de esta Capital.
Ante esta realidad histórica, el hito -único en el mundo-, del enjuiciamiento a los autores del genocidio argentino, adquiere su completa trascendencia. No representa sólo un acto reparador por parte del Estado a las víctimas directas, pues el crimen se cometió contra toda la sociedad. La metodología implementada no fueron sólo el secuestro, la desaparición y la tortura, sino también la destrucción de nuestra soberanía y autodeterminación. No estamos aquí para exigir solamente el castigo a los culpables materiales de los crímenes de lesa humanidad, las fuerzas armadas y de seguridad. Existe también todo un entramado cívico, político, judicial, empresarial, agrario, gremial y religioso que planificó, administró y se benefició con el modelo impuesto por la dictadura y que sigue determinando, hoy en día, nuestra sumisión ante el sistema financiero mundial. No debemos olvidarnos de personajes lamentables como Martínez de Hoz, Guillermo Walter Klein, Domingo Felipe Cavallo, entre tantos otros, quienes tramaron el plan económico y social del capital financiero, impuesto a sangre y fuego por el terrorismo de Estado.

La labor heroica de los organismos de Derechos Humanos, testigos, querellantes y abogados, trasciende lo meramente reivindicativo y se vuelve un eje central de nuestra identidad como Nación. Se yergue sobre la historia, la acusa, la interpela y señala desde allí el horizonte de un país nuevo, con justicia y dignidad para todos. Es la batalla ganada por un pueblo, que no se resigna a perder su dignidad ante la vida de explotación y miseria que le ofrecen. Nos aferramos de manera testaruda a la memoria y a la lucha.
Esta lucha que es una y la misma, que aquella que en otro contexto desarrollaron los 30 mil desaparecidos. Ellos marcaron el camino con una claridad que sobrevuela las décadas y se hace hoy presente en todas las luchas de nuestro pueblo. Estamos convencidos que, como en todo país dependiente, si pretendemos defender los intereses nacionales en serio, debemos levantar las banderas históricas antiimperialistas, latinoamericanistas, internacionalistas, solidarios con los pueblos oprimidos del mundo, como ellos nos enseñaron. Lo demás es puro cuento.-
La lucha por el juicio y castigo se fue haciendo cada vez más fuerte al tiempo que la lucha por dignidad y trabajo volvía a ganar las calles y la historia.-
Al pensamiento hegemónico del neoliberalismo en los 90 le pusimos un freno en el 2001, en las calles y las plazas. A la miseria de los noventa, respondimos con organizaciones barriales, de desocupados, con el fortalecimiento generacional de las luchas por Verdad y Justicia, con la recuperación de fábricas bajo control obrero, con cooperativas, con proyectos autónomos campesinos, con el avance de los proyectos de pequeños productores bajo la consigna de la soberanía alimentaria, con la resistencia en las escuelas y universidades contra la privatización de la educación, con las luchas obreras por libertad sindical y contra las burocracias cómplices de la patronal. En el marco de esta lucha es que pudimos derogar las leyes de la impunidad para poder juzgar a los genocidas, no es casualidad. Es hora de avanzar.-
Las organizaciones de derechos humanos han sido las abanderadas en la lucha por Verdad y Justicia, y los avances al respecto son gratificantes. Pero no bastan para delinear una política de Independencia y Soberanía con igualdad social. No podemos quedarnos sólo con el juzgamiento de los represores del pasado. En democracia también se violan los DDHH, como lo sufrimos en esta ciudad y en esta provincia continuamente.
Y aquí debemos hacer un señalamiento ineludible, porque 2001 no sólo significa la puesta en crisis de un modelo, para nosotros también es el recuerdo de nuestros muertos, el de las nueve víctimas que en la provincia de Santa Fe se cobró la policía de Carlos Reutemann y Enrique Álvarez. Tampoco podemos dejar de señalar aquí la responsabilidad del actual senador en la inundación que dejó bajo el agua a la tercera parte de la población de nuestra ciudad produciendo más 150 muertes que siguen impunes ¡Exigimos juicio y castigo para los responsables materiales y políticos de esos asesinatos!
JUICIO Y CASTIGO, es una bandera que trasciende ampliamente a las organizaciones históricas de derechos humanos, e incluso al enorme conjunto de organizaciones gremiales, sociales, políticas y culturales que siempre acompañaron su reclamo. Ese compromiso del conjunto de la sociedad que nos permitió avanzar hasta aquí con los juicios contra los genocidas, es el que nos posibilita hoy afirmar que aquella consigna no alude solamente al reclamo de justicia por los crímenes perpetrados, sino que además implica un debate colectivo sobre el modelo económico, social y cultural que la dictadura inauguró. El juzgamiento de los ejecutores del genocidio necesita de una reflexión colectiva sobre la herencia de fragmentación social, concentración económica y desmantelamiento del Estado que trajo aparejado.-
Ese mismo compromiso es el que nos debe impulsar para que el reclamo de Aparición con vida de Jorge Julio López no se transforme en una consigna vacía. Su desaparición es un hecho que marcó un punto de inflexión en nuestra historia inmediata, y que obliga a asumir las responsabilidades que les caben a los poderes político y judicial.

Este año, se iniciarán los juicios orales en nuestra provincia, contra los genocidas. Más que nunca debemos aprender a defender y acompañar, en el marco de la más amplia unidad posible, nuestras conquistas y derechos. Si apostamos a la construcción democrática, con mayor participación popular activa, estaremos todos en el camino, con nuestra voluntad y nuestras diferencias, pero unidos y dispuestos a dar pelea. Como nos han enseñado nuestros compañeros desaparecidos y todos los luchadores sociales a lo largo de nuestra historia, a las ideas y a los deseos, debemos ponerles el cuerpo, todos y cada uno de los días por venir.-
Y debemos decirlo, los juicios les duelen. Porque les duele la intransigencia de una memoria porfiada y el ejercicio de libertad de un pueblo para reencontrarse con su historia, con su identidad, con su verdad.-
Santafesinos, los juicios a los acusados de terrorismo de estado es una responsabilidad democrática que nos involucra como ciudadanos en este tiempo y en esta hora. Depende de todos y cada uno de nosotros que el poder judicial, que hasta ahora se ha mostrado claramente como cómplice de los represores y garantes de la impunidad, acelere las medidas preparatorias y los juicios contra todos y cada uno de los genocidas.
La oportunidad de apoyar y concentrar voluntades en los juicios que se avecinan en nuestra ciudad y nuestra provincia, es el desafío de todos los que sentimos este país y esta tierra como lo sintieron nuestros 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos. Que estos juicios sean un testimonio más de que la lucha no es vano, de que nada fue inútil, porque los despertares en el alba, de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, asomarán en el horizonte de todos los caminos, por la construcción de una patria libre y soberana.-

Por eso decimos junto a Pablo Neruda:

Por estos muertos, nuestros muertos
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la Patria
pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte
pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el crimen
pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen
pido castigo.
No quiero que me den la mano
empapada con nuestra sangre
pido castigo.
No los quiero de embajadores
tampoco en su casa tranquilos.
Los quiero ver aquí juzgados
en esta plaza en este sitio.
Quiero castigo.

JUICIO Y CASTIGO CON CÁRCEL COMÚN PERPETUA Y EFECTIVA YA PARA TODOS LOS GENOCIDAS Y SUS CÓMPLICES

UNIFICACIÓN Y ACELERACIÓN DE LAS CAUSAS DE TERRORISMO DE ESTADO

RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS HIJOS DE DESAPARECIDOS, SECUESTRADOS JUNTO A SUS MADRES O NACIDOS EN CAUTIVERIO

JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES DE LOS CRÍMENES DEL 19 Y 20 DE 2001.

JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES DE LAS INUNDACIONES DE 2003 Y 2007

POR EL TOTAL DESMANTELAMIENTO DEL APARATO REPRESIVO

BASTA DE REPRESIÓN PARA LOS QUE LUCHAN

NO A LA LEY ANTITERRORISTA, NO A LA MILITARIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS SOCIALES

DESPROCESAMIENTO, ANMISTÍA Y LIBERTAD DE LOS MÁS DE 4 MIL LUCHADORES POLÍTICOS Y SOCIALES

POR UNA SOCIEDAD JUSTA COMO LA QUE SOÑARON NUESTROS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DESAPARECIDOS

APARICIÓN CON VIDA YA DE JORGE JULIO LÓPEZ

30 MIL COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE