jueves, junio 01, 2006

¿La Universidad Nacional del Litoral con Servicios de Seguridad?

Por Celina Kofman

Si hay algo que nos preocupa a los organismos de DDHH es la presencia policial o de otras fuerzas de seguridad en ámbitos civiles, y especialmente educativos. Nos retrotrae a tiempos muy dolorosos que creíamos superados definitivamente, y que ponen en alto riesgo de inseguridad al estudiantado, que tienen el derecho inalienable de estar en libertad. No olvidemos que hay miles de estudiantes desaparecidos y que hoy en los archivos de Trelew, se constata que hay seguimiento y control también de jóvenes estudiantes.
Alertamos sobre esta situación, y que el señor Rector de la UNL nos dé una respuesta: a las Madres se nos impidió la entrada dos veces al Rectorado, con gente de Seguridad, según se identificó uno de ellos y con la Policía Federal. La primera vez alcancé a entrar yo, en oportunidad de acompañar a los estudiantes de Medicina que reclamaban el derecho a estudiar acá, en esta, su ciudad. Ya tenían aprobado el examen de ingreso. A mi, que pude entrar forcejeando ante una lluvia muy fría, me dijeron que no podía permanecer allí, y que me fuera. Los cuatro guardias me amenazaron con llamar a la policía ante mi negativa de irme y entraron dos policías de la Federal. Cuando llegó mi compañera Norma, pusieron una cadena en la puerta y no la dejaron entrar, entonces salí porque los estudiantes habían llegado y obviamente no los dejaron entrar. Vinieron algunos medios que entrevistaron a los jóvenes, que se retiraron, luego de intentar infructuosamente una entre vista con el Rector.
En la segunda oportunidad, y con los mismos estudiantes de medicina, nos encontramos en la explanada del Paraninfo, para acompañarlos luego a una presentación ante la Justicia. Sobre la acera se ubicaron espectacularmente tres móviles policiales, con actitudes intimidatorias, enfrentando a una veintena de jóvenes que se manifestaban en forma totalmente pacífica. Con mi compañera Norma, resolvimos tratar de llegar al Rectorado, para decirles que la presencia policial no tenía justificativos, y que no le hacía nada bien a la Universidad este acto intimidatorio, provocativo e inútil, y que, en nombre de la Universidad Pública, ordenaran retirar los móviles. Cuando llegamos a la puerta, la cerraron violentamente, y pese a que nos identificamos, no se abrió más. Es de conocimiento público que la Justicia Obsecuente falló en contra de los estudiantes, quienes con todo derecho deberían haber ingresado.
Con motivo de la Asamblea Universitaria días después (creo que el 27de abril) se impidió el ingreso de Consejeros Superiores Estudiantiles de la oposición al oficialismo (Franja Morada), y fueron reprimidos violentamente por los Servicios de Seguridad y Policía que aparecieron desde adentro. Esa demencia quedó muy clara en un video que la certifica, así como en las tantas denuncias que se hicieron desde diferentes ámbitos de la Universidad. También, por algunos medios que se animaron a hacerlo, denuncias y pedidos de informe de Consejos Directivos de Ingeniería Química y Humanidades. A pedido de los Consejeros Estudiantiles agredidos, estuvimos en Humanidades, Madres y Familiares (por la Casa de DDHH) y se nos concedió la palabra. Se resolvió sobre tablas pedir explicaciones al Rectorado. Hasta la fecha no tenemos respuesta.
En la misma semana, en el octógono de la Facultad de Humanidades, organizaron los estudiantes un acto de repudio y de información a la vez, Participando Madres (como organismo de DDHH) en el panel. Se pasó el video al que se hace referencia en esta nota, por computadora, ya que las autoridades no facilitaron el proyector. Participaron muchos estudiantes.
Sr. Rector de la Universidad Nacional del Litoral: No vamos a permitir que la historia de nuestro doloroso pasado se repita, y le recordamos que la violencia de arriba engendra la violencia de abajo. Los estudiantes le dieron a Ud. un ejemplo y una lección de coherencia, de prudencia, de responsabilidad y de claridad política al no responder violentamente a las provocaciones ¿Quiere UD reciclar a 30 años del golpe militar, la aberrante y absurda teoría de los dos demonios? No olvide que la Universidad Pública, como todas las instituciones republicanas fueron rescatadas por los que luchamos incansablemente para derrocar la dictadura militar. Costó mucho dolor, mucha sangre y muchas lágrimas.
La Universidad Pública es del Pueblo. No tiene dueños ni patrones.
¡Fuera de la Universidad la Policía y los Servicios de Seguridad!
¡Basta de Represión!